Hubo un momento que casi me muero de vergüenza y todo, en serio, vaya llantina que me dio. Y es que es lógico, soy una llorona, y gracias a dios lloro más por emoción que por pena, y eso está bien. Una buena llorada a tiempo te deja NUEVO.
Pero el caso es que este viernes lloré de emoción, de alegría, de risa, de recuerdos, de momentos, de todo. Tuve la suerte de ir al teatro a ver la obra Por el placer de volver a verla y lo cierto es que me encantó.
Creo que me he hecho fan de esta pareja de actores, Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza, lo sé son azucarados, pero yo también lo soy y me siento muy orgullosa de serlo. Los descubrí gracias a mi madre que me llevó a ver "Hoy: El Diario de Adán y Eva de Mark Twain" y allí ya me gustaron muchísimo. Me pareció una obra muy original, divertida y dramática al mismo tiempo, especial y diferente. Y ahora repiten con otra obra fantástica. Por el placer de volver a verla te hace reír a carcajadas, te hace ponerte en el papel del otro, te hace reflexionar, te hace emocionarte, te hace que salgas del teatro con una sonrisa en la cara, y en mi caso con los ojos como dos pelotas de pin pin de tanto llorar, jejeje.
Esta vez el texto es de Michel Tremblay, y eso tal vez es lo único que me haya chocado, que no haya sido Miguel Ángel Solá el verdadero escritor de esta obra. Me hubiera gustado que la obra fuera verdad, que él hubiera contado esas anécdotas de su propia madre, aunque supongo que ésa era una madre universal, y por eso vale.
Supongo que lo que más me ha gustado es pensar que lo realmente bello del teatro es que todo vale, que si quiero traer a alguien que ya no existe, puede volver a existir bajo la magia de las luces y el escenario, puede volver y recordarnos cómo fuimos, cómo crecimos y cómo nos convertimos en lo que somos.
Y me encanta la idea original: el teatro dentro del teatro, y el hecho de que el protagonista no haya sido Luke Skywalker, ni Juana de Arco, ni Hamlet, la protagonista es una madre, una madre que podría ser la de cualquiera, y definitivamente podría haber sido la mía.
Teatro Amaya. Ir.