El film se caracteriza por una fotografía extremadamente cuidada y bella, (fotografía con sabor español, el casi novel pero brillante Eduard Grau). Me parece muy acertado que cuando el protagonista encuentra algo “por lo que merezca la pena vivir” la fotografía cambia y coge tonos más cálidos, más brillantes. Cada plano está estudiadísimo, parecen cuadros perfectos, en este mundo perfecto y estático que ha creado Ford. De hecho si le tuviera que poner una pega a este film, diría que el mundo creado por Tom Ford es un lugar superficial donde lo único que importa es la perfección y la belleza. Donde todos, desde los protagonistas, los alumnos, etc, hasta la asistenta o los sin techo son de una belleza extrema, la riqueza de las casas, los paisajes, las ropas...TODO está cuidado hasta el mínimo detalle, demasiado cuidado. Ese mundo perfecto no puede existir, es imposible. De hecho cuando estaba viendo Un hombre soltero, me tuve que hacer la pregunta de “¿qué pinta aquí Jon Kortajarena?”. Vale que el chaval esté de tan buen ver, que hace que te quedes sin aliento, pero el vasco no es actor, y se nota, y mucho. A lo mejor consiguió encandilar a Tom Ford por su increíble físico, pero ni la escena en la que sale, ni su personaje son creíbles. Tan poco creíbles como ese final con el que para mi gusto Ford se ha cargado lo que podría ser una película bastante buena. ¿Por qué lo ha hecho así? ¡Con lo bien que iba!
A su favor diré que hay muchas cosas que sí funcionan en Un hombre soltero: la fotografía como hemos dicho, el papel tan importante que juega la música (que por cierto me gustó muchísimo y quedé enganchada de la pieza Stillness of the Mind de Abel Korzeniowski), los actores y actrices que están fenomenal en sus respectivos papeles, Colin Firth y Julianne Moore los mejores y destacando sobre los demás, pero sorprende el joven Nicolas Houit, que desde luego parece que ha “crecido” desde su papel en About a boy. De hecho me gusta mucho el papel de Houit, el chico que es para George el soplo de aire fresco que hace que se replantee tanto su futuro como sus ideales y tome una importante decisión.
Una de las reflexiones que más me gustan de George es cuando piensa en cuán importante son las relaciones humanas “¿y qué es la vida sino el cúmulo de los momentos en los que se conecta con otro ser humano?”. Para mí es totalmente cierto. Los mejores momentos de mi vida lo han sido por este motivo. Los únicos que mi mala memoria recordarán serán esos. La amistad (representada en el film por el loco papel de Charly -interpretado por Moore-), el amor (la lacrimógena y sólida historia de Jim), la inspiración (el alumno, Houit)... todos hemos estado allí, todos lo hemos vivido. Y es por eso que la película de Ford consigue emocionar, porque es una historia que nos llega, nos cala, nos conseguimos sentir identificados y aparte, por qué no, porque nos encanta echar una lagrimita de cuando en cuando.
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